El terror del llano

tiembla pueblo que llego el terror del llano... denunciaremos a los que estan contra el pueblo y defenderemos a los pobres y desamparados

jueves, 15 de abril de 2010

triste bicentenario


Editorial
El Nacional



Monumento a la cursilería

Tanto maniobró el Presidente de la República y los iluminados que lo acompañan para que el bicentenario de la Independencia pasara por debajo de la mesa, que va a lograr sus propósitos de manera absoluta. En una palabra, aquí no habrá celebraciones bicentenarias dignas de ese nombre, y a diferencia de todos los otros países de América Latina, Venezuela se consagrará por su mezquindad, su miopía y su mediocridad.

De la culminación de un proceso de 200 años probablemente quede el extravagante obelisco que se alzará en la plaza de El Venezolano, destinado a alterar el paisaje histórico del lugar y erigirse como símbolo de la mentalidad militar que hace su agostos en la altas esferas del Ejecutivo. El gobierno llamado bolivariano se propuso celebrar solo la efemérides, dominado por una concepción mediocre de la política y de la historia.

Vamos a observar en este confuso año 2010 algo inexplicable, que el país de Simón Bolívar, el libertador de pueblos, se negará prácticamente a una celebración que en otras circunstancias habría conmovido y movido a todo el pueblo. La indiferencia del Gobierno contagió a todo el país. La mediocridad sumada al apetito desmedido de eternizarse en el poder nos lleva a constatar realidades trágicas.

¿Quieren pensar un momento en estas realidades? Esto es lo que nos deparan los hechos. Mientras en todos los otros países, Colombia, Perú, Chile, etcétera, las celebraciones adquieren rango digno, con participación popular y obras de relieve, grandes ediciones conmemorativas, testimonios de admiración hacia los creadores de la nacionalidad, aquí escuchamos de labios presidenciales el grito de guerra de que "Aquí no habrá reconciliación".

¿Qué clase de país es este donde el bicentenario de la Independencia va a transcurrir prácticamente sin pena ni gloria? La utilización de una efemérides estelar para arrojar sobre el personalismo caudillista incienso y mirra y hacer de ella un evento para el proselitismo político con cumbres como la de la Alianza Bolivariana traduce, además de muy corta visión, un espíritu estrecho. Probablemente habrá un desfile militar para exhibir las grandes adquisiciones bélicas, pero sería bueno advertirles que esa es la más brutal negación del proyecto de Bolívar. Estas prácticas guerreristas y estas cumbres discriminatorias retratan una gran incomprensión de lo que fue el 19 de Abril de 1810.

Aquí se descubre la falsedad del bolivarianismo y la hipocresía con que el nombre de Bolívar ha sido utilizado por una revolución que progresivamente se confiesa marxista-leninista. Esto explica la actitud del Gobierno y sus reticencias frente a una epopeya emprendida por las clases sociales que se propone abolir.

Vamos a ver cómo resulta la reescritura oficial de estos grandes capítulos de la historia venezolana.

Por ahora tendremos un obelisco o cierta cosa parecida, en honor y gloria del Jefe Supremo que no es, precisamente, Simón Bolívar.

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